jueves, 12 de julio de 2007

Después de la mutación

Culianu y su noviaIoan Petru Culianu fue el discípulo más brillante de Mircea Eliade. Le volaron la cabeza en el 91, después de dar una conferencia en Estados Unidos (era profesor en la Universidad de Chicago, como Eliade). Vivió ajeno a las mediocridades del circo académico, conoció y amó las religiones antiguas, la gnosis, la magia. Ted Anton escribió un libro, editado en Siruela ("El caso del profesor Culianu") en el que analiza el misterio de su muerte.

Culianu criticó con dureza la situación política de Rumanía, mantuvo contacto con círculos esotéricos y tuvo razones para enemistarse con la Guardia de Hierro de Codreanu (fue él quien cargó con el dilema de airear el pasado fascista de Eliade al descubrir en algunos de sus manuscritos esa vinculación). La suya es una de las pocas obras modernas que se acerca al mito y lo sagrado con talento, pasión y grandeza, sin provocar verguenza ajena.

Kali en acciónCulianu intuyó a su manera el Kali Yuga, la disolución de los tiempos. En su obra hay una imagen central: la mutación. Los tiempos actuales parecen el resultado de un capricho, de un imprevisto que se ha multiplicado hasta convertirse en una ley de hierro. Una mosca sin alas (la Reforma, la Contrarreforma, un fantasma que habría hecho reír a los niños) ha prosperado milagrosamente y ha acabado devorando todos los palacios, las imágenes más hermosas, la antigua noción de belleza y de memoria. Cualianu diagnostica esa metástasis y nos recuerda que el campo de lo posible es infinitamente más amplio.

"Eros y magia en el renacimiento" es el libro perfecto para descubrir a contrapelo el Renacimiento, salvando la cáscara de humanismo y de librepensamiento laico que nos ha quedado, y que monopoliza en la actualidad la interpretación de esa época. Culianu nos habla de la gnosis, de la imaginación, de la memoria como forma suprema de magia, del erotismo, de los sistemas modernos de desinformación, de la alta política, de la moda. Su libro, un catálogo de objetos perdidos, tiene pasión, esa enfermedad sagrada que la literatura está a punto de olvidar.

Giordano BrunoA Culianu le interesó mucho la magia, que en su obra es siempre eros cruel, transfigurado. Quizá por esa razón le apasionaba tanto la obra de Giordano Bruno, hoy injustamente idolatrado como el garante supremo del estado laico, como un animal que se sacrificó por las tristezas de la razón. Giordano Bruno, sin embargo, creía en la magia, y la magia fue siempre en su obra el arte de los vínculos, una erótica pura. El mago conoce el vínculo de los vínculos, el eros, y ata y desata a su antojo. Para Culianu el mago de Giordano Bruno es una metáfora brillante del poder, una forma absoluta de lo imaginario, entendiendo por imaginario, como Corbin (él diría imaginal) el corazón de lo real, aquello que se nos impone. A su lado el príncipe de Maquiavelo, que está inflamado todavía por un sentido de la aventura, es un fantoche, un niño ingenuo empachado de moralismo. Culianu, que no es sólo un nostálgico, traza paralelismos entre esa figuEros y Psiquera y diversas versiones profanadas de nuestro tiempo: el dédalo de agencias del Gobierno, hombres de negro, activistas, espías, propagandistas y políticos corruptos que excitan la fantasía de Ellroy o DeLillo. El mago de Giordano Bruno, tal y como es interpretado por Culianu, merece un lugar junto al anarca y el partisano.

En "Eros y magia en el Renacimiento" también ocupa un lugar central la memoria, una memoria que nos invita a recuperar recorriendo al revés la deriva de la Naturaleza, saltando al otro lado de la mutación. La memoria renacentista, degradada por tanto best seller malo, o, peor aún, por tanto novísimo ebrio de exotismos, no era una engañifa. Desde la Antigüedad permitió a los estudiosos retener cantidades de información que hoy nos parecerían absurdas, desmedidas. En el Renacimiento alcanzó su forma más perfecta y se fundió con el esoterismo de Giordano Bruno, Ficino y otros. Belvedere, de EscherExistió otra manera de memorizar que se pierde en el tiempo, una forma diferente de inscribir el mundo y sus leyes en la mente. Ese método, que era también un arte, se basaba en la evocación de lugares: jardines, escalinatas, palacios o casas abandonadas. Las personas retenían en su mente esos espacios y fijaban en ellos aquello que deseaban conservar, cifrándolo en imágenes. Posteriormente el recuerdo consistía en un paseo por las mansiones y los teatros soñados, en una visita imaginaria a símbolos y a códigos secretos que contenían una historia. De todo esto y de otras muchas cosas habla Culianu.

También es muy recomendable "Más allá de este mundo. Paraísos, purgatorios e infiernos: un viaje a través de las culturas religiosas". Es un compendio de rupturas de nivel, de leyendas, mitos y dogmas relacionados con el infierno, el paraíso y el purgatorio, atendiendo tanto a las religiones como a la literatura. Dante, marionetas, los viajes en grulla de los taoistas, la mística iraní, servíos a vuestro gusto.

Tenéis "Eros y magia en el renacimiento" en una edición maravillosa de Siruela y podéis encontrar "Más allá de este mundo" en Paidós Orientalia. Espero que alguien lo disfrute tanto como yo.

Autor: Monsieur Tiffauges para cafexpan
Más en: El Poder y la Magia

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